La nueva visión axial y el Programa Fundacional Axial 2.0: Del ego al alma, recurren a varias fuentes de inspiración, las cuales hemos dividido en dos áreas generales: filosófica y terapéutica.
Las fuentes de inspiración filosófica incluyen los insights e intuiciones de la edad axial y los fundamentos espirituales de la humanidad que surgieron de ella. La nueva visión axial recurre sobre todo a los insights del núcleo contemplativo de las religiones axiales o grandes tradiciones de sabiduría y a las elaboraciones filosóficas que las acompañan. También apela a los insights y visión global de la filosofía y metateoría integrativa, principalmente el realismo crítico / metarealismo, la teoría integral y el pensamiento complejo. Todas estas incluyen dentro de sus marcos globales los descubrimientos de la ciencia moderna.
A nivel terapéutico, hace uso de, principalmente, la terapia Gestalt, las constelaciones familiares y la terapia de los sistemas de la familia interna (IFS en sus siglas inglesas). La terapia Gestalt nos permite afrontar y aceptar nuestra propia realidad e integrar los aspectos de nosotros mismos que hemos negado o reprimido. Las constelaciones familiares brindan la oportunidad de mirar las dinámicas ocultas que subyacen en el sistema familiar para poder reparar las relaciones familiares dando un lugar de dignidad y de respeto a todos sus miembros. Los sistemas de la familia interna (IFS) concibe la psique como un conjunto de subpersonalidades o ‘partes’ que forman su propio sistema de familia interna y donde a un nivel más profundo reside nuestra naturaleza verdadera que llama el Self. IFS facilita que este Self atienda a las diferentes partes con curiosidad y compasión y sanar, de este modo, las partes no equilibradas o distorsionadas, permitiéndoles adoptar roles más sanos y constructivos dentro de la psique.
Además de estos enfoques terapéuticos, el Programa Fundacional también se nutre de la psicología positiva, que aspira a optimizar el bienestar psicológico a través de, por ejemplo, el cultivo de virtudes como la gratitud y el perdón, así como de rasgos de carácter positivos. También hace uso de herramientas como el eneagrama, el trabajo autobiográfico, ‘la inteligencia del corazón’, y el trabajo de respiración y de energía sutil.