Vivimos tiempos difíciles que requieren un cambio fundamental de orientación y de conciencia. Creemos que una manera clave para efectuar tal transformación, es empezar a trasladar nuestra identidad esencial del ego al alma. Los dos términos son problemáticos y tienen varias interpretaciones. Para tratar de entenderlos mejor recurrimos a varias perspectivas, principalmente las del núcleo contemplativo de las religiones axiales, la psicología y psicoterapia occidental y la filosofía integrativa contemporánea.
Con respecto al ego, las tradiciones espirituales tienden a verlo de una forma negativa, como algo que hay que transcender. Por otro lado, la psicología y psicoterapia occidental en general ven la construcción de un ego maduro y diferenciado como un proceso de desarrollo imprescindible. Y en la filosofía hay una crítica general del discurso filosófico moderno, que se basa en la noción de un ego racional autónomo y atomista enfrentado a los demás y al mundo, con consecuencias nocivas. En cuanto al alma, la filosofía materialista y mecanicista que subyace en la modernidad lo descarta de antemano, mientras las religiones axiales, tanto en sus aspectos exotéricos y esotéricos, lo han interpretado de varias maneras.
La nueva visión axial que presentamos trata de entender estas interpretaciones diferentes como sigue. Adopta una visión tripartita del ser humano, viéndolo constituido por un yo falso (el ego), un yo en desarrollo, y un yo más profundo (el alma). Sostiene que si definimos el ego como el sentido de yo separado, un sentido de “yoidad” separado de otros yoes y al mundo, entonces, efectivamente, es falso e ilusorio, tal y como sostienen las tradiciones espirituales y bastantes posturas filosóficas. Hay que distinguir este sentido de yo separado (o falso) del yo en desarrollo (o, en términos de metarealismo, la personalidad encarnada), que es claramente real. La psicología y psicoterapia occidental a veces se refiere a este yo en desarrollo como al ego, de ahí la confusión. Es algo que experimenta un proceso de desarrollo, consiste en muchas partes y requiere estructuración, cuidado y sanación.
Por último, el ser humano posee una esencia más profunda, una naturaleza verdadera que las tradiciones espirituales llaman el Yo Verdadero, la filosofía de metarealidad lo llama ‘ground state’, la terapia de sistemas de la familia interna (IFS) lo llama Self y lo que podríamos llamar también alma. Este yo más profundo posee unas cualidades que incluyen la creatividad, el amor y la capacidad para la acción correcta (metarealismo), o la compasión, la claridad, la curiosidad y la calma (IFS) y se expresa de forma única en cada individuo. Hemos podido conocer esta esencia y estas cualidades por diferentes vías: por el insight transconceptual (las tradiciones espirituales), la deducción filosófica (meatrealismo) y la investigación empírica (IFS).
Nuestro Programa Fundacional – Axial 2.0: Del ego al alma – explora las nociones de ego y alma en más detalle y ofrece una practica que facilita un cambio de identidad del primero al segundo. Para ello, recurre a la sabiduría de la edad axial y al núcleo contemplativo de las religiones axiales, los descubrimientos de la ciencia moderna, los insights de la filosofía y metateoría integrativa contemporánea, así como las intervenciones de la terapia y psicoterapia moderna.