Psicología positiva es una sub-disciplina de psicología que apareció a la vuelta del nuevo milenio, fundada por Martin Seligman y Mihaly Czikszentmihalyi. Se centra en el funcionamiento humano positivo y la eudaimonia (término griego para referirse al florecer humano), es decir, en promocionar el bienestar psicológico óptimo a través de la investigación científica. Ésta surgió como una reacción contra el énfasis general que la psicología ponía en la enfermedad mental. En lugar de centrarse en ayudar a individuos a trasladarse desde una salud mental negativa a un estado neutro o ‘normal’ (de -10 a 0), aspira a facilitar un cambio de estado desde 0 a 10: desde un estado ‘normal’ o neutro a la salud mental óptima y la salud psicológica. Recurre a la psicología humanista (por ej. Abraham Maslow, Erich Fromm, Carl Rogers) y pone énfasis en la noción de ‘flow’ (o estar ‘en la zona’) de Mihaly Czikszentmihayli y en promocionar las fortalezas de carácter y las virtudes.
Su postura sobre la naturaleza humana combina nociones de Aristóteles y la psicología humanista, y sostiene que los humanos poseemos potenciales o virtudes que pueden ser cultivadas, expresadas y actualizadas – una tendencia de desarrollo que lleva al bienestar cuando se expresa y malestar cuando se frustra. Aunque esta visión de la naturaleza no llega a la esencia más profunda y naturaleza verdadera de los seres humanos que tanto el núcleo contemplativo de las religiones axiales y avances recientes en la psicoterapia (IFS) señalan, es compatible con el enfoque general de desarrollo de la nueva visión axial. Recurrimos sobre todo a su énfasis en el cultivo de las virtudes y fortalezas del carácter, algo que destacaron los tres grandes sabios de la edad axial – Sócrates, Buda y Confucio – y las tradiciones que inspiraron; así como el fenómeno de flow, que para la nueva visión refleja un estado no dual.