Desde la mirada que aporta el trabajo sistémico de las constelaciones familiares, la persona que constela es acompañada a revisitar sus orígenes para lograr una comprensión y una mirada sanadora hacia los suyos que restablezca el orden y dé brillo a los lazos familiares. De esta reconciliación con nuestras raíces fluye la fuerza para afrontar la vida que todavía nos queda por vivir. Descubrimos que nuestra vida es un homenaje a todos los que nos precedieron, a todos nuestros antepasados y ancestros que sufrieron y gozaron antes que nosotros para que nosotros estemos hoy aquí. Nuestro bienestar y paz interior son su triunfo y la garantía de que sus tribulaciones no fueron en vano.
El trabajo de CFS no es un proceso terapéutico, se trata de un trabajo concreto y puntual que se puede llevar a cabo en formato individual (a lo largo de unas dos o tres sesiones) o en grupo. Sin embargo, trabajar la propia constelación, a veces, sí puede abrir un proceso orientado a facilitar la asimilación e integración de lo que se abre y se transita en una constelación o bien facilitar el cierre de un proceso ya en curso, o desencallar aquellos procesos que parecen bloqueados, donde la persona y/o su terapeuta sienten que no pueden avanzar.
Clica aquí para ver una entrevista (en inglés) con Bert Hellinger, creador de las constelaciones familiares sistémicas, explicando el proceso.