Eudaimonia (del griego eu, bienestar; daimon, ‘yo interior’ o espíritu guardián) se traduce como plenitud de ser o ‘felicidad’. Está vinculada filosóficamente con Aristóteles, sobre todo su Ética a Nicómaco, que lo veía como el bien supremo.
Una sociedad eudaimónica (o eudaimonísta) es una sociedad sin relaciones de opresión, dominación ni explotación, donde ‘el libre desarrollo de cada uno es la condición del libre desarrollo de todos’. La cita es de Roy Bhaskar, el creador del realismo crítico y la filosofía de la metarealidad, que, a su vez, lo tomó de Marx. Es una sociedad hacia lo cual, se podría argumentar, la humanidad está intentando llegar, en la cual la unicidad (o ‘dharma’) de cada uno puede ser realizada y desarrollarse libre y plenamente. Esto implicaría la construcción de estructuras e instituciones sociales que facilitarían esta realización y eudaimonia y, al mismo tiempo, impedir las relaciones opresivas. Pese a estar muy lejos de tal sociedad o realidad, creemos que es posible y, de hecho ya está presente en la esfera absoluta de la no dualidad, la cual apuntala y sostiene el mundo relativo de la dualidad. Ésta primera se está pasando por un proceso difícil y lento de manifestación en el segundo. Todos podemos hacer nuestra pequeña parte para facilitar este proceso.